Un Sínodo verde por fuera y rojo por dentro

Fuente: FSSPX Actualidad

El tema del Sínodo sobre la Amazonía, que se celebrará del 6 al 27 de octubre de 2019, es "Amazonas: nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral".

El concepto de "ecología integral" ocupa el lugar principal de la encíclica del Papa Francisco, Laudato si' (24 de mayo de 2015); y él mismo no dudó en declarar en una entrevista para La Stampa, el 9 de agosto pasado, que el Sínodo sería "el hijo de Laudato si'", afirmando: "quienes no han leído la encíclica nunca entenderán el Sínodo sobre la Amazonía".

En el documento de trabajo preparatorio del Sínodo, encontramos, bajo una presentación ecológica, ciertas ideas de la teología de la liberación que, después del movimiento de mayo de 1968, intentaron cristianizar el marxismo, pero solo lograron marxizar el cristianismo. Como lo expresó uno de sus fundadores, que estará presente en Roma justo antes del sínodo, Gustavo Gutiérrez: "La creación de una sociedad justa y fraterna es la salvación de los seres humanos, si por salvación entendemos la transición de lo menos humano a lo más humano. No se puede ser cristiano hoy sin un compromiso con la liberación".

Es así que la salvación no es la de las almas redimidas por el Sacrificio de Jesucristo, sino una "transición de lo menos humano a lo más humano", es decir, de humano a humano, con un ligero barniz cristiano.

El término "ecología de la sandía" se refiere a la praxis de estos activistas que se apropian de temas ecológicos (verde por fuera) promoviendo sus ideas socialistas o comunistas (rojo por dentro). Es probable que el Sínodo sobre la Amazonía sea un "sínodo de sandía": verde y empático con la ecología por fuera, pero rojo por dentro a causa de la teología de la liberación. Detrás de la joven "idiota útil", Greta Thunberg, elogiada por Francisco en abril pasado, se encuentra el viejo revolucionario Gustavo Gutiérrez.

Habrá quienes se tranquilizarán a bajo costo, pensando que la sandía es una cucurbitácea biodegradable, al igual que este sínodo verde y rojo... Los más perspicaces se preocuparán, y con justa razón, porque la teología de la liberación es una ideología tóxica y altamente contaminante.

Padre Alain Lorans