Preocupante paralelismo entre el Sínodo de la Amazonía y el "camino sinodal" alemán

Fuente: FSSPX Actualidad

Para comprender mejor lo que sucederá en el próximo Sínodo sobre la Amazonía, conviene saber qué es el "camino sinodal" alemán donde se supone que los obispos y los laicos dialogarán en pie de igualdad, de manera "democrática y transparente" acerca de todas las cuestiones espinosas: ¿por qué no se permite a las mujeres el acceso al diaconado ni al sacerdocio? ¿El celibato obligatorio es la mejor manera de vivir para un sacerdote en el siglo XXI? ¿Cómo debería reaccionar la Iglesia alemana ante la crisis de abusos? Etcétera...

En el periódico alemán Die Tagespost del 26 de julio de 2019, bajo el título "Sobre el Proceso Sinodal en Alemania y el Sínodo sobre la Amazonía", el cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, denunció este enfoque, paralelo al Sínodo, que busca redefinir la Iglesia y el sacerdocio católico según criterios progresistas y mundanos.

El prelado alemán escribe: "Aquello que llamamos el camino sinodal de la clase gobernante de la Iglesia en Alemania tiene como objetivo una secularización todavía más profunda de la Iglesia. En lugar de una renovación del espíritu del Evangelio, a través de la catequesis, la misión, el trabajo pastoral, la mistagogia de los sacramentos [la iniciación en los misterios de la fe], hoy prefieren apoyarse - y esto es lo que se ha hecho durante medio siglo - sobre otros temas, con la esperanza de recibir la aprobación de la opinión pública del mundo occidental, y complacer la mentalidad que reduce al hombre a una imagen materialista.

"Por su naturaleza, el camino sinodal pretende:

1. La transformación del sacramento del Orden en un sistema profesional de funcionarios bien remunerados.

2. La entrega del "poder", considerado político, de los obispos y sacerdotes a los laicos, con esta cláusula adicional: si las aptitudes son las mismas, habrá que favorecer a las mujeres.

3. La descalificación de la moral cristiana, tal y como se deriva de la nueva vida en Cristo, porque atenta "contra el cuerpo" y resulta incompatible con las normas de la sexología moderna.

4. El principal escollo, desde la Reforma protestante y el naturalismo de la Ilustración, era, sin duda alguna, el celibato sacerdotal, pero también las virtudes evangélicas (pobreza, castidad, obediencia) de la vida consagrada con votos solemnes. En una Iglesia que, como una mera institución humana con objetivos puramente seculares, ha abandonado su identidad de mediadora de la salvación en Cristo, y ha perdido toda referencia trascendental y escatológica al Señor venidero, el celibato libremente elegido "para el Reino de los Cielos" (Mt. 19:12), o, para "poder ocuparse de las cosas del Señor" (1 Corintios 7:32), ahora es visto como una molestia, como un elemento extraño o un desperdicio residual del cual hay que liberarse tan rápido y tan completamente como sea posible. En el mejor de los casos, este celibato podría concederse a algunos pueblos exóticos como una forma masoquista de autodeterminación que es extremadamente autónoma."

UN PROCESO DE SECULARIZACIÓN

Más adelante, el cardenal Müller demuestra que el camino sinodal alemán y el sínodo amazónico son las dos caras de una misma realidad: "El proceso sinodal dentro del marco de la Conferencia Episcopal de Alemania está ahora vinculado al Sínodo sobre la Amazonía, por razones eclesiales y políticas, a fin de servirse de él como una palanca para la reestructuración de la Iglesia universal. Además, en estas dos actividades, los protagonistas son casi idénticos e incluso están vinculados financiera e institucionalmente a través de las organizaciones benéficas de la Conferencia Episcopal de Alemania. No será fácil controlar esta avalancha destructiva. Una vez que el proceso sinodal haya finalizado, nada será como antes, y se ha dicho que ni siquiera reconoceremos a la Iglesia. Así se expresó uno de sus protagonistas, revelando de este modo el verdadero objetivo.

Posteriormente, el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe escribe: "El Instrumentum laboris y el proceso sinodal en Alemania, como supuestos medios para ayudar a la Iglesia a salir de la crisis en que se encuentra sumergida, se basan en una secularización aún más profunda de la Iglesia. Cuando, en toda la hermenéutica del cristianismo, no se comienza con la revelación histórica de Dios en Cristo; cuando se empieza incorporando la Iglesia y su liturgia en una visión mitológica del mundo entero; o cuando se transforma a la Iglesia para convertirla en parte de un programa ecológico para salvar nuestro planeta, entonces la sacramentalidad, y especialmente el oficio ordenado de obispos y sacerdotes en la sucesión apostólica, se convierte en algo vago e indeterminado. ¿Quién realmente querría construir toda su vida, con la exigencia de una dedicación total, sobre una base tan extremadamente débil?"

El prelado alemán hace hincapié en un enfoque compartido entre el Instrumentum y el camino sinodal: "Llama la atención el hecho de que el Instrumentum laboris para el sínodo amazónico y el camino sinodal alemán no parten desde fundamentos bíblicos y no se orientan en función de la enseñanza de la Iglesia que se ha desarrollado a través de la Tradición y las decisiones doctrinales definitivas de los Concilios y el Papa. En su lugar, derivan sus normas y reglas de las supuestas necesidades sociológicas del mundo globalizado, o de las formas tradicionales de organización de las tribus amazónicas".

Sobre el tema de la ordenación de hombres casados, el cardenal Müller demuestra que desde el Amazonas hasta Alemania, el paso se dará muy rápidamente: "si ordenamos sacerdotes en el Amazonas a hombres de mediana edad en relaciones consideradas como estables (¿matrimonios canónicamentes válidos?), para proporcionar (!) los sacramentos a la comunidad, incluso sin la debida formación teológica (IL 129, 2), ¿por qué no sería esto la palanca para introducir por fin los viri probati en Alemania, donde el celibato ya no es aceptado en la sociedad y donde muchos teólogos del matrimonio estarían disponibles para ocupar, en calidad de sacerdotes, los puestos vacantes del clero célibe?"

El prelado alemán concluye con un recordatorio: "El Magisterio del Papa y los Obispos no tiene ninguna autoridad sobre la esencia de los sacramentos. Por lo tanto, ningún sínodo, con o sin la participación del Papa, ni ningún concilio ecuménico, ni siquiera el Papa mismo, incluso hablando ex cathedra, podría hacer posible la ordenación de mujeres como "obispas", sacerdotisas o diaconisas. Esto iría en contra de la doctrina claramente definida de la Iglesia. Por lo tanto, sería inválido".

LOS CARDENALES BRANDMÜLLER Y BURKE APOYAN EL ANÁLISIS DEL CARDENAL MÜLLER

Al día siguiente de la publicación del artículo del cardenal Müller, el 27 de julio, el cardenal Walter Brandmüller concedió al mismo periódico, Die Tagespost, una entrevista en la que respaldó sin reservas las críticas del ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El prelado señaló: "Si tomamos en cuenta las declaraciones de un cierto número de obispos, podemos decir que este "camino sinodal" conducirá al desastre".

Die Tagespost: El obispo de Essen, Franz-Josef Overbeck, quien, como presidente de la Comisión Episcopal Adveniat, apoyó la preparación del Sínodo sobre la Amazonía y también participó en varias reuniones preparatorias, ha hablado sobre el punto de ruptura que representaría la asamblea episcopal de Roma, pero también evocó en este contexto el "camino sinodal". ¿De qué tipo de ruptura estaríamos hablando? 

Cardenal Brandmüller: En cualquier caso, tal "cosa" ya no sería la Iglesia católica. Porque la ruptura es una categoría totalmente contraria a la noción de organismo, al desarrollo orgánico. Una ruptura que tendría como resultado que nada fuera como antes, significaría el fin de la Iglesia. La esencia de la Iglesia es la transmisión de la fe de los apóstoles hasta el segundo advenimiento del Señor, más no una evolución progresista en la que la esencia de la Iglesia cambie completamente.

Die Tagespost: Tanto en la preparación del Sínodo sobre la Amazonía como en el "camino sinodal", se habla de la valorización de los laicos y de las mujeres en particular. ¿Sería esto equivalente al fin de la Iglesia clerical?

Cardenal Brandmüller: En lugar de hablar de una Iglesia clerical, hablemos de la Iglesia donde la consagración sacerdotal ha existido desde el principio. Visto desde este ángulo, el fin de la Iglesia clerical probablemente significaría que la Iglesia imaginada por Martín Lutero en sus escritos de lucha de 1520 por fin se realizaría. Y eso ya no sería la Iglesia católica. Para Lutero, todos los bautizados ya son papas, obispos y sacerdotes. En la Iglesia católica, por otro lado, el sacerdote, de pie frente al altar, actúa en virtud de la imposición sacramental de las manos durante la consagración in persona Christi. Esa es la razón por la que también comparte el estilo de vida de su Señor, a saber, el celibato. Esto en cuanto al celibato, que probablemente también está en la agenda del "camino sinodal" y el sínodo amazónico.

El 13 de agosto, el periodista Patrick Coffin realizó una entrevista de audio con el cardenal Burke, disponible en YouTube, en la que el prelado de los Estados Unidos afirmó que el Instrumentum laboris es más que herético: "este documento es una apostasía. No puede convertirse en la enseñanza de la Iglesia". Y explicó: "La herejía es la negación consciente y voluntaria de una verdad de fe. Por ejemplo, el sacerdote Arrio que negó las dos naturalezas para una sola Persona de Nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, la herejía se refiere a una verdad particular negada por una persona determinada, mientras que la apostasía es un rechazo de toda la fe, un alejamiento de Cristo de manera general, y de las muchas verdades de la fe".

El cardenal Burke agregó: "La Tradición apostólica, las enseñanzas de Jesús y de los apóstoles, tomadas del Nuevo Testamento y enseñadas por el Magisterio de los Papas y los Concilios, constituyen el único criterio en materia doctrinal y práctica. Con la Amazonía o sin ella, en todos los lugares de la tierra, la Iglesia no puede permitir que una confusión, y mucho menos una enseñanza contraria, ponga en peligro la Tradición Apostólica."

Y el prelado reafirmó que la función principal del Papa es "salvaguardar la doctrina de la fe y la disciplina de la Iglesia para ser el principio y fundamento de la unidad en la Iglesia". "Si usted me dijera", explicó el cardenal Burke a Patrick Coffin, "que el Papa es un revolucionario, yo me sentiría muy preocupado porque eso es completamente ajeno al papado".

En el sitio web de LifeSiteNews, Martin Barillas comentó sobre la entrevista del cardenal Burke, recordando incidentalmente la satisfacción del teólogo de la liberación, Leonardo Boff, ante el anuncio de la elección del cardenal Bergoglio, visto por él como una "primavera" para la Iglesia. En una entrevista concedida a la radiodifusora Deutsche Welt citada por Martin Barillas, Leonardo Boff atribuye al Papa el mérito de haber desencadenado una "revolución" en la Iglesia.

En una entrevista dada el 23 de julio de 2013 al diario El País, el exsacerdote, ahora casado, declaró que el Papa Francisco era parte del "legado de la teología de la liberación", la cual se originó al "escuchar el clamor de los oprimidos". "La forma de actuar del nuevo Papa favorece esta doctrina, pero es mejor que no la mencione, porque podría crear controversia", aconsejó tácticamente.