Filipinas amenazada por el terrorismo musulmán

Fuente: FSSPX Actualidad

La radicalización islámica al sureste de Asia tiene muy preocupada a la Iglesia católica. El 24 de mayo del 2017, tuvieron lugar enfrentamientos violentos entre las fuerzas armadas y los ejércitos musulmanes durante la persecución de Isnilon Hapilon, jefe del grupo musulmán Abu Sayyaf y jefe del Daesh en Filipinas.

Al menos tres miembros de las fuerzas de seguridad fueron asesinados en los enfrentamientos en la isla de Mindanao, en Marawi, una ciudad con una población de 200,000 habitantes, principalmente musulmanes. Las autoridades informaron que los islamistas también incendiaron una iglesia católica.

Dados los acontecimientos, Rodrigo Duterte se vio obligado a interrumpir su visita diplomática a Moscú. Cuando fue recibido por Vladimir Putin el 23 de mayo, el jefe de estado filipino insistió en que su país "necesita armas modernas... para combatir al Daesh". Luego de su regreso al archipiélago durante la tarde del 24 de mayo, el presidente declaró la ley marcial en la región sureste de Mindanao, habitada por un aproximado de 20 millones de personas.

Rodrigo Duterte advirtió que la ley marcial declarada en el sur del archipiélago para combatir a los islamistas sería aplicada con severidad y le recordaría a la gente "los días de la dictadura". "No será diferente a lo que hizo el presidente Marcos", añadió, recordando que durante su campaña electoral en el 2016, prometió ser muy severo con el terrorismo. "Tengo que hacerlo para salvaguardar la República de las Filipinas y al pueblo filipino." La ley marcial podría durar un año en Mindanao, advirtió, aunque la Constitución establece un límite de 60 días a este régimen excepcional. 

Según los especialistas en materias de seguridad, Isnilon Hapilon - quien es considerado el segundo a cargo de la rama filipina del Daesh - está intentando unir distintos grupos que han jurado lealtad al Estado Islámico, siendo uno de ellos el Grupo Maute, cerca de Marawi, que ha librado batallas asesinas contra el ejército durante los últimos doce meses. José Calida, procurador general de Manila, denunció una auténtica "invasión de terroristas extranjeros" quienes han llegado para liderar a la Yihad en el país.

Desde la década de 1970, la rebelión musulmana ha exigido una región autónoma o independiente en Mindanao, y la lucha ha dejado un total de 130,000 víctimas. Aunque los principales grupos de la rebelión musulmana están negociando la paz con el gobierno, la historia es muy diferente con los nuevos grupos islamistas afiliados al Daesh, quienes exigen el establecimiento del califato.

El miércoles 24 de mayo, esos mismos grupos armados tomaron varios rehenes, incluyendo al Padre Chito Suganob y a otros que se encontraban en la catedral, quienes fueron secuestrados por miembros del Grupo Maute, según informó el presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Filipinas, Monseñor Sócrates Villegas, en un comunicado de prensa. "Han amenazado con matar a los rehenes si el ejército del gobierno no se retira."

El presidente de la Conferencia Episcopal también añadió: "Hacemos un llamado al Grupo Maute, que dice portar armar en nombre de un Dios Misericordioso y Benevolente - el mismo Dios que los cristianos adoramos y veneramos - para que hagan honor a la misericordia y benevolencia del Único Dios..." No sólo es falso asegurar que los cristianos y musulmanes adoran el mismo Dios, sino que este tipo de lenguaje irenista parece completamente inadecuado para tratar con terroristas violentos y sanguinarios.

Como prueba de lo anterior, el prefecto apostólico de la Ciudad de Marawi ha confirmado el asesinato de nueve católicos durante el ataque; fueron asesinados y atados a las puertas de la ciudad. Asimismo, declaró a la agencia de noticias Fides que no había ninguna negociación en curso: "El ejército se encuentra librando una batalla puerta a puerta para recuperar la ciudad de Marawi. Y los líderes militares afirman que no tienen intenciones de negociar con los terroristas. Estamos seriamente preocupados por el Padre Chito, el Padre Suganob y los otros 15 rehenes tomados por los terroristas." Además de la catedral, también incendiaron dos escuelas.

Encima de las persecuciones yihadistas, la Iglesia católica también tiene que lidiar con la falta de apoyo del presidente Duterte. Justo después de su elección, el nuevo presidente declaró que la Iglesia católica no desempeñaría ningún papel en su mandato. "Se terminó. ¿Por qué los tomaría en cuenta?" dijo a los miembros del episcopado.

Cabe aclarar que existen muchos puntos de desacuerdo entre Rodrigo Duterte y la Iglesia: aunque los medios sólo mencionan los derechos humanos - la Iglesia se opone a la restauración de la pena de muerte en el archipélago - es más importante señalar que la Iglesia se opone al apoyo de Duterte hacia los promotores de la "planeación familiar", y por consiguiente, a la cultura de la muerte contra la que los obispos continúan luchando firmemente. El nuevo presidente es un ferviente defensor del control de la natalidad - con el "consentimiento" de las familias - promoviendo un máximo de dos o tres hijos por pareja. Esta mentalidad maltusiana es precisamente la misma del "establecimiento" mundialista. Asimismo, el presidente no dudó en organizar la distribución gratuita de anticonceptivos en su ciudad.

Además, un estudio reciente realizado por el Social Weather Survey reportó la creciente secularización de los católicos filipinos. Aunque la religión sigue desempeñando un papel importante en la vida diaria, parece ser que se están alejando cada vez más de la Iglesia.

Entre el ateísmo mundialista por un lado y el fanatismo islamista por el otro, el catolicismo parece ser más que nunca el único camino de salvación para la sociedad.

Fuentes: Reinformation.tv / Eglises d’Asie / AFP / Ouest France / Infocatho / Le Figaro / Fides FSSPX.News - 5/30/17