En espera del Sínodo sobre la Amazonía: la encíclica Laudato si' (3)

Fuente: FSSPX Actualidad

En la espera del comienzo del Sínodo sobre la Amazonía, las preocupaciones que rodean este evento solo han aumentado en los últimos meses. Dado el lugar central que ocupa en el documento preparatorio o Instrumentum laboris, publicado el 17 de junio de 2019, es importante entender lo que significa la "ecología integral" del Papa Francisco. Es en la encíclica Laudato si' donde lo ha explicado minuciosamente.

En el primer artículo presentamos uno de los inspiradores del aspecto "científico" del texto pontifical. El segundo artículo resumió las críticas al mundo actual que formula el Papa Francisco, tratando de comprender su significado y alcance. Ahora es necesario que analicemos el núcleo de la encíclica: la ecología integral.

El concepto de ecología según Francisco

En el contexto de su severa crítica al mundo de hoy (véase el artículo 2), Francisco expone a "toda la familia humana" su concepción de la ecología que se ocupa de las cuestiones ambientales, pero también de la economía, la política, la ética, la cultura e, incidentalmente, de la religión.

Définición

El Papa proporciona su definición de ecología en el No. 138: "la ecología estudia las relaciones entre los organismos vivos y el medio ambiente donde estos se desarrollan". Esta es la definición del diccionario. Pero esta se especifica por la incorporación de las actividades del hombre, con su "medio" o "entorno", lo que justifica el calificativo "integral".

Dios está a la cabeza de la ecología, porque "la mejor manera de poner al ser humano en su lugar, (...) es proponer la figura de un Padre creador y único señor del mundo (No. 75)". Cada criatura tiene su función (No. 84) y somos una "familia universal" (No. 89). Por lo tanto, existe una "ecología humana" basada en la relación de la vida humana con la ley moral inscrita en su propia naturaleza (No. 155). Esta ecología del hombre se manifiesta centralmente en el bien común, objeto de la política (No. 156).

Elementos constitutivos

El entorno humano está representado por la sociedad en la que se vive y las instituciones que lo organizan (No. 142): por lo tanto, la ecología debe incorporar un aspecto social (capítulo 4, título I), inseparable del bien común (No. 156). La cultura construye la identidad humana y es parte del concepto "integral" de ecología (Capítulo 4, Título II).

La economía y las finanzas moldean el mundo: por el poder que otorgan, por la capacidad empresarial que brindan, por el trabajo que generan. La ecología (No. 141) debe integrar estos aspectos, así como los logros de la técnica: la elaboración del tejido urbano (No. 150), las condiciones de trabajo (No. 125), todas las innovaciones que modifican cotidianamente las condiciones de la existencia (No. 44 y 47).

El entorno es finalmente el medio natural, aquel que nos fue dado por Dios (No. 5), y que es indispensable para nuestro equilibrio (No. 139). En el segundo capítulo, Francisco aborda "el Evangelio de la creación" dirigido especialmente a los católicos.

Análisis de esta definición

Este concepto abarca lo que la filosofía caracteriza como ciencias prácticas, haciendo pero también actuando. Pero está en un nivel diferente y más concreto. Por lo tanto, es un intento de sintetizar las ciencias humanas: política, cultura, sociología, economía, finanzas, ecología en el sentido científico - o biológico - del término.

Este concepto nos recuerda la síntesis de Auguste Comte (1798-1857), el fundador del positivismo, que vio en la sociología la coronación de todo el conocimiento humano. Del mismo modo, para Francisco, sería la ecología integral la culminación de todas las ciencias sociales, permitiendo un enfoque global - holístico o incluso integral - de la naturaleza humana.

Sin embargo, este pensamiento, al que hay que concederle el mérito de la originalidad, permanece en el puro dominio natural. La mención de Dios a la cabeza de este edificio no cambia nada, ya que es considerado únicamente como el autor de la naturaleza.

El desastre ecológico y sus causas

La denuncia del "gran deterioro de nuestra casa común (No. 61)" ocupa la mayor parte de la encíclica. Identifica el daño a la ecología y detalla sus causas. El "objetivo es atreverse a transformar en sufrimiento personal lo que está sucediendo en el mundo, y así reconocer la contribución que cada uno puede aportar (No. 19)". Una especie de examen de conciencia con contrición y satisfacción...

La degradación de las condiciones de la vida humana

La reseña comienza con un "manual ecológico": calentamiento global, escasez de agua, desaparición de especies, contaminación, cultura del descarte... La encíclica vincula la degradación del medio ambiente con el deterioro de la calidad de vida, la degradación social con la urbanización caótica, la contaminación de todo tipo con la invasión de lo digital que tiende a aislar a los individuos y homogeneizar las culturas. El No. 25 afirma: "El cambio climático es un problema global con serias repercusiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y uno de los principales desafíos que enfrenta la humanidad hoy en día".

La causa política: oposición Norte/Sur

Francisco lanza un grito de alarma: "El ritmo de consumo, desperdicio y deterioro del medio ambiente ha excedido las posibilidades del planeta (No. 161)". Luego retoma su tema favorito: "El deterioro del medio ambiente y de la sociedad afecta de manera especial a los más débiles (No. 48)". Denuncia la "deuda ecológica" del Norte que ha utilizado los recursos para un desarrollo frenético del cual el Sur no ha visto los beneficios, dejando en su estela un desastre ecológico. Finalmente estigmatiza "la debilidad de la reacción política internacional" y "la sumisión de la política a la tecnología y las finanzas" (No. 54), temas que son omnipresentes en su análisis.

Las causas principales

Luego aborda "la raíz humana de la crisis ecológica", que es la globalización del paradigma tecnocrático que se impone a la realidad natural para doblegarla a su voluntad (No. 106). Este paradigma ejerce su influencia en la economía y la política: "Todavía no hemos tomado en cuenta las raíces más profundas de los trastornos actuales relacionados con la orientación, los propósitos, el significado y el contexto social del crecimiento tecnológico y económico" (No. 109).

La economía y las finanzas, más o menos independientes, ejercen una hegemonía destructiva. La política es incapaz de ejercerse correctamente debido a esta dominación, pero también a la corrupción y la búsqueda casi exclusiva de poder.

Finalmente, el antropocentrismo, por el cual el hombre "contradice su propia realidad" (No. 115), engendra el relativismo. El atractivo de la ganancia vinculado a la técnica reemplaza al hombre por la máquina, sin embargo esencial para su ecología (No. 128).

Conclusión

Este último análisis de la profunda decadencia contemporánea sigue siendo estrictamente natural. Lo que no significa que sea falso en sí mismo. Aun así, presenta al menos un doble error.

Primero, el de no remontarse a las causas teológicas, especialmente el pecado original y sus consecuencias, lo que da como resultado remedios parciales o incluso ineficaces y, por lo tanto, necesariamente incompletos. Porque ¿quién puede jactarse, en el campo de las ciencias humanas, de realizar una síntesis tan global sin correr el riesgo de errores de perspectiva más o menos serios, en áreas que evolucionan y están sujetas a la opinión pública?

Este es el problema con el Instrumentum laboris del Sínodo sobre la Amazonía, que abarca datos contradictorios, a veces muy controvertidos, que se quieren reunir bajo el concepto de "ecología integral". Una circunstancia agravante, es que estos datos se interpretan a través de una perspectiva influenciada por la teología de la liberación.

Al plantear el problema de esta manera, no es difícil adivinar las respuestas que se le darán, ni la dirección o el color que tendrán.

Continuará.

Fuentes: Fideliter - FSSPX.Actualités - 07/10/2019