Tierra Santa: las peregrinaciones también sufren las consecuencias de la guerra

Fuente: FSSPX Actualidad

Iglesia de la Dormición en el Monte Sión en Jerusalén

Entre las repatriaciones de emergencia de extranjeros tras los atentados terroristas de la organización islamista Hamás y las cancelaciones en cascada de compañías aéreas, la onda expansiva del 7 de octubre de 2023 se extendió a Jerusalén y a todos los lugares significativos de la cristiandad en Tierra Santa, que probablemente quedarán desiertos de peregrinos durante los próximos meses.

En Belén, la ciudad donde nació Cristo, la Iglesia de la Natividad está desierta desde hace más de dos semanas, luego de que la organización islamista Hamas llevara a cabo el ataque más sangriento en la historia reciente de Israel.

Por su parte, los comerciantes se lamentan por las muertes, las inevitables represalias del Estado judío, pero también por las consecuencias económicas: "las primeras cancelaciones son para los grupos que debían volar estos días", lamenta Hagop, empleado en una agencia de viajes.

"La última vez que vi la Iglesia de la Natividad tan vacía fue durante la epidemia de Covid", suspira Laith, un joven guía palestino de 25 años. El santuario católico, catalogado como patrimonio mundial de la UNESCO, atrae normalmente a cientos de miles de turistas cada año a esta ciudad palestina situada en Cisjordania.

Y agrega: "Hemos vivido temporadas más difíciles que otras dependiendo de las tensiones, pero esta vez es como si nosotros también estuviéramos en estado de sitio, las carreteras están cerradas la mayor parte del tiempo, ya sea hacia otras ciudades de Cisjordania o hacia Jerusalén e Israel".

Georges Baboul, propietario de una tienda de recuerdos en Belén, dice resignado: "No hay ningún motivo para que vengan los peregrinos, y los turistas vienen para visitar, no para tener miedo", explica el comerciante de 88 años. 

Hay que decir que la guerra desatada por los islamistas de Hamás es como la gota que colmó el vaso: "palestinos asesinados en Cisjordania, corrupción de la Autoridad Palestina, escasez de gasolina, esto no es el sueño de nadie", bromea un joven palestino.

Por no hablar de la gestión del caos que reinó tras las masacres del 7 de octubre: las compañías aéreas cancelaron sin previo aviso sus vuelos de regreso a Francia, dejando a muchos peregrinos en completo desorden: "Varios grupos fueron evacuados a Jordania", precisa desde La Croix Sylvie Chaigneau, responsable de la comisión de Tierra Santa.

Su compañía aérea le ofreció a otro grupo tomar un vuelo a Egipto: "Tenían que tomar un autobús a través del desierto del Néguev, que sigue siendo una zona de riesgo, y luego a través del Sinaí hasta Egipto, una zona roja según el Ministerio de Asuntos Exteriores", lamenta la organizadora.

"Todo el mundo sabe que la zona es explosiva. Mi incomprensión es total ante estas compañías que deciden cancelar sus vuelos de la noche a la mañana abandonando a las personas que han traído aquí", denuncia otro organizador de peregrinaciones.

"Están previstos unos diez grupos para principios de noviembre, pero por el momento todo está en espera, hasta que el Ministerio de Asuntos Exteriores indique lo que se debe hacer", explica otro agente del sector, que destaca que los grupos de noviembre y diciembre ya están cancelando sus peregrinaciones. El final de año promete ser muy sombrío en Tierra Santa.

Los llamamientos a la paz del Patriarca latino de Jerusalén no han servido de nada, tal vez porque llegaron demasiado tarde después de la emoción de las masacres perpetradas por los islamistas: "imploramos a los líderes políticos y a las autoridades que entablen un diálogo sincero, buscando soluciones duraderas que promuevan justicia, paz y reconciliación para el pueblo de este país, que ha soportado el peso del conflicto durante demasiado tiempo", afirmó el cardenal Giovanni Pizzaballa.