Sudáfrica: la Iglesia preocupada tras el terremoto ocasionado por las elecciones

Fuente: FSSPX Actualidad

El espicopado de Sudáfrica

El partido fundado por Nelson Mandela acaba de sufrir uno de sus mayores reveses políticos, sumiendo al país en una preocupante inestabilidad: mientras la inseguridad, la violencia y el fracaso de los servicios estatales tienen graves repercusiones, los obispos católicos de Sudáfrica llaman a los fieles a la calma. 

En Sudáfrica, la influencia de la Iglesia católica no es muy fuerte: el catolicismo reúne entre cuatro y cinco millones de habitantes de un país que tiene sesenta y cinco millones, de los cuales aproximadamente el 80% son protestantes.

Durante décadas, el país ha experimentado un descenso a los infiernos: desempleo masivo, deterioro de las infraestructuras, en particular cortes de energía que afectan la vida de los residentes desde hace dos años, criminalidad. El 27 de abril de 2024, el Padre Paul Tatu, del Instituto de los Sagrados Estigmas, fue asesinado a tiros por pasar en el momento equivocado frente a una escena del crimen, convirtiéndolo en un testigo inconveniente.

“No se trata de un incidente aislado, sino más bien de un ejemplo angustioso del deterioro de la seguridad y de la moral en Sudáfrica”, lamentó Monseñor Sithembele Sipuka, obispo de Umtata y presidente de la Conferencia Episcopal de los Obispos de África Meridional (SACBC), informó Vatican News.

"La electricidad, el agua, los transportes, todo se está derrumbando... Si Sudáfrica continúa por esta trayectoria, corre el riesgo de convertirse en un Estado fallido, porque nada podrá frenar al país a pesar de la solidez del sector privado, que aún cubre la mala gestión y la falta de transparencia del gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC)", advirtió el economista Lumkile Mondi, profesor de la Universidad de Witwaterstand, en Johannesburgo, en mayo de 2024, en Le Monde.

Las elecciones fueron seguidas de cerca por los obispos del país, entre ellos hay muchos que creen que deberían "marcar un punto de inflexión, probablemente uno de los más importantes, si no el más importante, después de 1994, porque por primera vez en 30 años, el ANC, que domina el país, probablemente no obtendrá la mayoría o la obtendrá por poco", explicó el Padre Russell Pollit, director del Instituto Jesuita de Johannesburgo, al micrófono de Radio Vatican, el día de las elecciones, informó Vatican News.

El día después de los resultados, el 2 de junio, los prelados de la SACBC publicaron un comunicado de prensa para evitar un posible estallido de violencia en el país: "Alertamos a los distintos partidos contra las declaraciones amenazadoras, la incitación a la violencia y la difusión de información falsa que pueda intensificar las tensiones (…) y les pedimos que se abstengan de comportamientos que puedan conducir a asesinatos”, advirtieron los obispos, informa The Tablet.

Porque los resultados de las elecciones legislativas tuvieron el efecto de un terremoto político, ratificando el fin del dominio indiviso del ANC: por primera vez desde el fin del apartheid en 1994, este último obtuvo solo 159 diputados de 400, o 71 menos que en las elecciones anteriores y tendrán que formar una coalición en el Parlamento para conservar el poder, señala Le Monde.

Una alianza que se enfrentará a su principal competidor y enemigo de toda la vida, la Alianza Democrática (AD), resultante de la oposición blanca al apartheid y situada en el centro derecha (27.5%).

Pero lo más sorprendente para los observadores fue la irrupción del partido Umkhonto we Siwze (MK), del expresidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, acusado de corrupción y de múltiples escándalos que le hicieron renunciar al poder en 2018. El MK, cuya base electoral está compuesta esencialmente por la etnia zulú, y que se caracteriza por un discurso racista contra los blancos, obtuvo el 14.5% de los votos.

A falta de un acuerdo con el AD, el ANC podría verse tentado a buscar una alianza con el MK y/o con un grupo de extrema izquierda, los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), que aboga, de común acuerdo con el MK, por el despojo de las tierras propiedad de los antiguos colonos blancos.

En este tenso contexto, son comprensibles los repetidos llamamientos a la calma de la Iglesia, que teme repercusiones sobre sus fieles: "Rezamos por la sabiduría de nuestros líderes políticos, mientras emprenden las delicadas negociaciones para determinar la estructura de nuestro gobierno. Rezamos para que la unidad siga siendo el objetivo y el resultado común en los próximos días, y que esta unidad sea la piedra angular de una paz duradera en nuestra tierra”, concluye el comunicado.

Al momento de publicar este artículo, fue dada a conocer la reelección del presidente Cyril Ramaphosa, del ANC, elección que fue posible gracias a un acuerdo con el AD, mientras que el MK se negó a cualquier discusión con el ANC.