¿Podía el Cardenal Burke hablar de "cisma" con respecto a la Fraternidad San Pío X?

Fuente: FSSPX Actualidad

El 15 de julio del 2017, el cardenal Raymond Burke, patrón de la Orden de Malta y ex presidente del Tribunal de la Signatura Apostólica, dio una conferencia en Medford, Oregon (Estados Unidos). Al ser interrogado respecto a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, respondió que, en su opinión, esta sociedad sacerdotal se encuentra "en estado de cisma desde que el difunto Monseñor Marcel Lefebvre ordenó cuatro obispos sin el permiso del Pontífice romano. Por lo tanto, no es legítimo asistir a misa ni recibir los sacramentos en una iglesia que se encuentre bajo la jurisdicción de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X."

Esta toma de posición publicada el 30 de septiembre en Internet por un bloguero estadounidense, y proveniente del Cardenal Burke, uno de los cuatro signatarios de la Dubia sobre los pasajes heterodoxos de Amoris laetitia, resulta sorprendente por varias razones.

Posiblemente, el cardenal Burke, eminente canonista, haya hablado en un modo legal, pero parece ignorar que, aunque las consagraciones episcopales de 1988 podrían haber merecido las sanciones más severas, ni los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ni los fieles que frecuentan sus prioratos, han sido jamás declarados cismáticos.

Ciertamente, el prelado romano sabe que el 21 de enero de 2009, el papa Benedicto XVI levantó toda especie de sanciones en las cuales los obispos de la Fraternidad hubieran podido incurrir, admitiendo, por tanto, que los obispos de la Fraternidad "han dejado de estar excomulgados", pero, según afirma el cardenal, "no están en comunión regular con la Iglesia Católica". Esta "anomalía" le parece algo incomprensible, al igual que el hecho de que el Papa Francisco haya otorgado el poder ordinario de confesar a todos los sacerdotes de la Fraternidad, y lo que es más, que los reconozca como testigos calificados para los matrimonios de sus fieles. De aquí a declararlos simple y llanamente "en estado de cisma", hay un paso que jamás ningún papa había autorizado que se diera, pero que el Cardenal Burke ha dado un poco rápido.

Esta realidad tan compleja no encaja en los cánones del derecho canónico, ya que ciertamente resulta complicado comprender la situación pasada y presente de la Fraternidad con la mirada puesta en el Código.

Para aclarar la situación pasada, vale la pena recordar los siguientes hechos:

En el sitio web de la Casa General de la FSSPX puede leerse lo siguiente: "Detrás de la cuestión del estatuto canónico de la Fraternidad, se oculta el verdadero problema por el que atraviesa la Iglesia actualmente. En efecto, desde el Concilio Vaticano II, hay un viento revolucionario que corrompe la fe, el culto y la moral". Leer "La Fraternidad San Pío X y Roma".

La verdadera razón que llevó a Monseñor Lefebvre a desobedecer una ley eclesiástica sin consumar un cisma se encuentra resumida en una página a la que todos pueden acceder, en el mismo sitio. - Leer "Las consagraciones de 1988".

En lo que se refiere a la acusación de cisma, cabe señalar que "Monseñor Lefebvre siempre ha reconocido la autoridad del papa. Consagrar un obispo sin mandato pontifical sería un acto cismático si se pretendiera conferir no sólo la plenitud del sacerdocio sino un poder de jurisdicción, una autoridad sobre un rebaño particular. Únicamente el Papa, que tiene competencia universal sobre toda la Iglesia, puede designar un pastor para un rebaño y autorizarlo a gobernarlo. Pero Monseñor Lefebvre no deseaba conferir otra cosa que no fuera la plenitud de las órdenes sagradas.

"El cardenal Castillo Lara Rosalio, presidente de la Comisión Pontificia para la Interpretación Auténtica del Derecho Canónico, declaró a La Repubblica, el 7 de octubre de 1988, que las consagraciones conferidas por Monseñor Lefebvre y Monseñor de Castro Mayer no constituían un cisma ("El simple hecho de consagrar un obispo no es en sí mismo un acto cismático").

"El decano de la Facultad de derecho canónico del Instituto Católico de París, el Padre Patrick Valdrini, confirmó que "no es la consagración de un obispo lo que crea un cisma, sino el hecho de conferir a un obispo la misión apostólica." (Valeurs Actuelles, 4 de julio, 1988).

"El cardenal Dario Castrillon Hoyos, presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, ha afirmado, al menos en cinco entrevistas públicas (cf. 30 Giorni n.9, 2005), que la Fraternidad San Pío X no se encuentra en una situación de cisma formal. Asimismo, declaró que "los obispos, los sacerdotes y los fieles de la Fraternidad San Pío X no son cismáticos" (Die Tagespot, 8 de febrero, 2007). Leer "Los Obispos de la Fraternidad San Pío X"

Para aclarar la situación actual, vale la pena recordar los siguientes hechos:

En 1988, y posteriormente, varias comunidades tradicionales fueron creadas "en comunión regular con la Iglesia Católica", a fin de evitar dar la exclusividad del rito romano a la Fraternidad San Pío X, entre otras cosas. Fundadas gracias, o a causa, de la condena de Monseñor Lefebvre, estas comunidades pudieron desarrollarse, a menudo en competencia con los prioratos de la Fraternidad, toleradas, más que admitidas, por los episcopados locales, con el claro propósito de dividir las fuerzas de la Tradición. Algunas de estas comunidades creyeron que debían construir su legitimidad en oposición a la Fraternidad San Pío X. Con frecuencia, las acusaciones de cisma o de desobediencia provienen de los círculos vinculados a la Comisión Pontificia Ecclesia Dei

Como el cardenal Burke mantiene una relación estrecha con estas comunidades - el superior de la Fraternidad San Pedro estuvo presente en su conferencia del 15 de julio pasado -, no resulta sorprendente que haya empleado este vocabulario, que supuestamente ahuyenta a los fieles de las capillas e iglesias de la FSSPX.

Sería injusto presentar esta declaración como una prenda del cardenal Burke a fin de reintegrar el Tribunal de la Signatura Apostólica. El respeto que inspira la dignidad cardenalicia prohíbe este tipo de consideración, como lo enseña Santo Tomás de Aquino. Pero es una pena que el alto prelado se preste a este tipo de argumentaciones. Se encuentra bien situado para poder constatar el caos en que está sumergida la Iglesia. Y si dirige una "correción fraternal" al papa sobre Amoris laetitia, como él dijo que pretendía, sabrá quiénes son los que apoyan su iniciativa, y quiénes se abstienen de hacerlo.

En medio de la tormenta, la Fraternidad San Pío X permanece fiel a la Iglesia de siempre, a su liturgia inmutable pero también a su enseñanza perenne, en materia de fe y moral. Ésta es la primera de las obligaciones, como lo explicó Monseñor Lefebvre en un sermón inédito, dado en Venecia el 7 de abril de 1980, publicado por FSSPX.Actualidad. Leer "Debemos conservar la fe en esta tempestad que atraviesa la Iglesia".