Moral familiar: el Vaticano reafirma la enseñanza tradicional de la Iglesia

Fuente: FSSPX Actualidad

El 30 de mayo de 2023, se presentó en la Sala de Prensa del Vaticano el "Pacto Mundial por la Familia". Un documento que, lejos de los recientes delirios de la Academia Pontificia para la Vida, reafirma el "no" de la Iglesia a la procreación y anticoncepción médicamente asistidas.

Quienes pensaban que la encíclica Humanae Vitae, promulgada en 1968, estaba definitivamente enterrada, se han llevado una sorpresa: la Santa Sede acaba de publicar un texto que reafirma la enseñanza tradicional de la Iglesia en materia de anticoncepción y control de la natalidad. Aunque no sea un documento papal, existe y reafirma ciertas verdades.

El documento presentado el 30 de mayo –y que hasta ahora ha recibido poca cobertura en la prensa católica– denuncia la alarmante situación del descenso de la natalidad, y expresa su preocupación sobre la promoción que se da a los métodos de procreación medicamente asistida, que la Iglesia considera "moralmente inaceptable".

Cabe señalar que el Pacto Mundial por la Familia, que cuenta con un prefacio del Papa Francisco, no fue elaborado por los expertos progresistas de la Pontificia Academia para la Vida: el texto emana de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Un detalle que probablemente manifiesta la batalla que se libra, dentro de los límites de las murallas leoninas, en el ámbito de la moral cristiana.

El texto, que tiene algunas partes un poco difíciles de leer para los no iniciados, cuenta con secciones tituladas como "desafíos", "sugerencias" y "acciones específicas", que permiten una rápida vuelta a lo concreto.

En varios lugares, el documento romano alienta a las parejas infértiles a considerar la adopción, instando a las universidades y centros de investigación católicos a promover esta opción, para evitar el recurso a métodos artificiales de reproducción considerados inmorales.

El Pacto promueve el ideal del matrimonio cristiano, desea que los cónyuges tengan familias numerosas, sugiere que las escuelas y los padres formen a los adolescentes con un espíritu cristiano en los misterios de la vida y en el dominio de sus propios cuerpos: verdades fundamentales para los católicos convencidos, pero que es bueno escuchar en el período de confusión que atraviesa la Iglesia.

El Estado también debe desempeñar su papel, subraya el documento, instándolo a implementar una política familiar digna de ese nombre, apoyando económicamente, a través de recortes de impuestos o créditos, a las parejas recién casadas: esto es lo que ya está sucediendo en algunos países como Hungría, tachada de ser un régimen "antiliberal" por una Europa que realmente no tiene ningún consejo que dar en términos de democracia.

Se aborda también en el documento la cuestión de las parejas que atraviesan dificultades de todo tipo, con el fin de encontrar caminos concretos para evitar el flagelo del divorcio.

Cabe celebrar un texto oficial del Vaticano que, aunque no responda a todas las expectativas, permite, sin embargo, marcar el rumbo de una moral familiar católica digna de ese nombre.