Maternidad subrogada: pesadilla en los Países Bajos

Fuente: FSSPX Actualidad

El 5 de agosto de 2021 marcó un paso más en la mercantilización de los seres humanos en Europa: por primera vez, un niño nació en los Países Bajos de la gestación subrogada entre una madre subrogada y una pareja de hombres.

Un nacimiento con graves consecuencias, ya que debido a esta gestación subrogada realizada con donación de ovocitos y mediante fecundación in vitro, el niño tiene un padre biológico, una madre que lo gestó, una madre biológica y dos padres "legales" si logran proceder con la adopción: suficientes motivos para retorcerse varias veces en su cuna...

Esto fue posible debido a la reforma de la ley de bioética implementada en Holanda que, al modificar las disposiciones legales sobre los embriones, abrió el camino para la práctica de la gestación subrogada a las parejas masculinas, a través de una donación de esperma de uno de los miembros de la pareja, y una donación de ovocitos de una mujer distinta de la madre sustituta.

Pero eso no es todo. En la tierra de los tulipanes, la gestación subrogada comercial no es ilegal: es solo una mediación profesional o comercial entre la gestante subrogada y la pareja que solicita la gestación subrogada, misma que actualmente está prohibida -¿por cuánto tiempo más?- por la ley.

Por tanto, aunque se prohíbe publicar un anuncio en las redes sociales con el objetivo de ofrecer o solicitar servicios de gestación subrogada, es lícito practicar la gestación subrogada en una clínica, con una remuneración ofrecida sin intermediarios a la mujer que se compromete a llevar al niño que no proviene de ella.

Y para colmo, dado que Holanda no reconoce automáticamente a las parejas homosexuales como padres legales del niño resultante de esta subrogación, estos últimos están obligados a seguir un procedimiento de adopción, lo que implica que la madre renuncie formalmente al niño después del nacimiento.

Esta triste noticia no dejará de influir en Francia: la revisión de la ley de bioética aprobada en pleno verano de 2021, que permite la modificación genética del ser humano, la experimentación de quimeras animal-humano, la creación de gametos artificiales o modelos embrionarios, lleva consigo el principio de la transgresión máxima.