Los obispos africanos defienden su causa ante el FMI

Fuente: FSSPX Actualidad

Una asamblea de obispos del SECAM

Los obispos de África aprovecharon la celebración de la última Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial para levantar la voz sobre la situación de endeudamiento de sus países y pedir un cambio de perspectiva de los países más ricos en el continente africano.

Las Reuniones Anuales de los Consejos de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) son una oportunidad para reunir a participantes de diversos ámbitos: líderes del sector público (bancos centrales, ministerios de finanzas y desarrollo, parlamentarios) y del sector privado (representantes de organizaciones de la sociedad civil, expertos de círculos académicos), en torno a los principales temas económicos globales.

La última edición de estos encuentros tuvo lugar este año en Marruecos del 9 al 15 de octubre de 2023. Una reunión altamente simbólica ya que fue la primera que se organiza en el continente africano desde hace 50 años, basta decir que era necesario que los organizadores recordaran que África está en el núcleo de las preocupaciones.

Una oposición de puntos de vista

La Iglesia de África aprovechó esta oportunidad para reorientar los debates e intentar desmentir los clichés de un Occidente que ve en la difícil transición demográfica y en la falta de control de los nacimientos una de las principales causas de la pobreza y de la desestabilización del continente.

Si alrededor de 600 millones de africanos se encuentran por debajo del umbral de la pobreza y 280 millones padecen hambre, se debe sobre todo a la "deuda acumulada que impide a muchas naciones africanas implementar medios para proteger a los más vulnerables y responder a las crisis", escribió el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM).

Los prelados mencionaron al Papa Juan Pablo II que, en 1999, estableció el vínculo entre deuda y pobreza, “un mensaje que sigue siendo relevante en 2023”, insisten.

Reflexiones compartidas por la ONG católica Jubilee USA Network, que aboga por la disminución de la deuda de los países en desarrollo: “los líderes de la Iglesia deben ser tomados en serio porque están en primera línea para afrontar las crisis de la deuda, climáticas y alimentarias”, afirmó uno de sus líderes, Aldo Caliari.

¿Una solución a la crisis migratoria?

Por su parte, el G24 hasta ahora ha hecho oídos sordos a cualquier petición de cancelar la deuda de los países vulnerables, mientras que al FMI le preocupa una desaceleración del crecimiento en los países de la región subsahariana en 2023.

Pero las críticas persisten, en particular, sobre la cuestión de la deuda, que ha avanzado poco: así, la petición dirigida por los países en desarrollo al G24 de cancelar la deuda de los países más vulnerables no prosperó.

Sin embargo, según voces autorizadas, tal vez sería una manera de resolver en gran medida la cuestión migratoria: una mayor estabilidad económica ayudaría a estabilizar las poblaciones. Pero, como casi siempre, las cuestiones políticas interfieren con este esquema, haciéndolo mucho más difícil de resolver.

Como premio de consolación, el continente africano debería conseguir un tercer puesto en la junta ejecutiva del Fondo Monetario Internacional. Un resultado magro para los obispos que piden, hasta ahora en vano, "fortalecer los valores del desarrollo humano" y evitar "futuras espirales de deuda".