India: el acuerdo imposible en la Iglesia siro-malabar

Fuente: FSSPX Actualidad

Arzobispado de Ernakulam-Angamaly

La Iglesia católica de rito siro-malabar ha vuelto a conseguir que se rechace una reforma litúrgica, que sin embargo está más acorde con la Tradición. El explosivo conflicto que divide a los casi cuatro millones de católicos en Kerala (India) no parece estar cerca de terminar.

"No hemos podido resolver el conflicto porque ninguna decisión ha obtenido el consentimiento de todas las partes". El comunicado de prensa del sínodo de la Iglesia católica siro-malabar, celebrado entre el 9 y el 14 de enero de 2023, suena a reconocimiento de fracaso.

Esto no ha contribuido a apaciguar las fuertes tensiones litúrgicas que están desgarrando a la segunda de las veintitrés Iglesias orientales en comunión con Roma.

Para comprender la complejidad de la situación, cabe recordar que en la primera mitad del siglo XX nacieron en esta Iglesia dos corrientes, opuestas a las que deseaban una restauración del rito según la tradición siro-oriental, y a las que abogaban por una inculturación india, para acercarse a los supuestos orígenes litúrgicos de una Iglesia fundada por el apóstol Santo Tomás.

Es en nombre de este arcaísmo litúrgico que surgió la celebración de la Misa de cara al pueblo, resultando en tal caos que se puso en entredicho la unidad de la Iglesia local.

En 1999, un sínodo siro-malabar, en aras del compromiso, decidió por unanimidad, con la aprobación de la Santa Sede, que el sacerdote celebraría la Misa de cara al pueblo hasta el ofertorio, luego versus orientem hasta la comunión: una disposición que los sacerdotes y fieles se resisten a aceptar, queriendo mantener "sus tradiciones", tradiciones, que datan solo de medio siglo...

Pero todo se ha acelerado en 2022: el cardenal Leonardo Sandri, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, ha dicho un "no" categórico a las demandas de los opositores a la reforma: "Una variante litúrgica para la eparquía -o diócesis- de Ernakulam-Angamaly está excluida", escribió el alto prelado a Monseñor Andrews Thazath, quien es el administrador.

Al hacer pública la decisión romana, Monseñor Thazath desató un violento viento de revuelta en la eparquía que administra a la espera de que terminaran los reveses legales del cardenal George Alencherry, quien tuvo que retirarse un tiempo de la actualidad durante un juicio relacionado con transacciones inmobiliarias iniciado por sus opositores.

En la circular de cinco páginas que publicó al final del sínodo que finalizó el 14 de enero, el cardenal Alencherry, que aún permanece al frente de la Iglesia siro-malabar, lamenta que "algunos no aprobaron la liturgia uniforme y se negaron a adherirse a los principios (dados por Roma) por razones que siguen siendo desconocidas".

Para darse más tiempo, el sínodo pidió la ayuda de un comité de laicos para llegar a una resolución del conflicto, pero "la introducción de la liturgia uniforme no es materia de debate", advirtió el alto prelado.

Por parte de los fieles, este no es el momento para el apaciguamiento: el 24 de diciembre, durante la misa, un grupo de católicos opuestos a la liturgia uniforme irrumpió en la catedral de la eparquía, volcando el altar y los vasos sagrados.

El día después de que terminó el sínodo, el 15 de enero, unas pocas docenas de fieles se manifestaron en Cochin, portando carteles que decían: "La misa de cara al pueblo es nuestro derecho".

Irónicamente, mientras Roma quiere restaurar en la India una liturgia más conforme a la Tradición, se esfuerza al mismo tiempo en sofocar la voz de aquellos que, en Occidente, siguen apegados a una liturgia tradicional que está arraigada en la Historia de la Iglesia...