India: aumenta la tensión entre los católicos de rito siro-malabar

Fuente: FSSPX Actualidad

La elevación de la hostia en el rito siro-malabar

Adoptar una liturgia uniforme que corrija ciertos abusos, tal es el desafío que la Iglesia católica de rito siro-malabar (India) intenta asumir desde hace varios años. A principios de 2022, se avanzó en este respecto, generando una fuerte oposición.

Al término de un sínodo de siete días, que finalizó el 15 de enero de 2022, los líderes de esta parte de la Iglesia, establecida en la costa occidental de la India británica, y unida a Roma a fines del siglo XVI, firmaron un nuevo documento que demanda solemnemente la implementación del formulario litúrgico establecido hace casi veintitrés años, en 1999.

Como lo explicó exhaustivamente FSSPX.Actualidad en un artículo anterior, las divergencias litúrgicas aparecieron a finales del siglo XIX con la restauración parcial de la autonomía de la Iglesia siro-malabar.

Sin embargo –como se puede constatar tanto en Oriente como en Occidente– en materia de liturgia, de la restauración al arcaísmo, solo hay un paso que puede tener graves consecuencias.

Así fue como nacieron dos corrientes en la India, en la primera mitad del siglo XX, opuestas a quienes querían una restauración del rito según la tradición siro-oriental, y a quienes pedían una inculturación según la moda india, a fin de acercarse a los orígenes de una Iglesia fundada por el Apóstol Santo Tomás.

Es en este contexto que surgió la cuestión de la Misa entre la gente, dando como resultado tal diversidad en las celebraciones que poco a poco se fue cuestionando la cohesión y la unidad de la Iglesia local.

También, en 1999, el Sínodo siro-malabar decidió, por unanimidad, que el sacerdote estaría de cara al pueblo hasta el ofertorio, luego se voltearía hacia el altar hasta la comunión: una disposición contra la que algunos sacerdotes y fieles se resisten enérgicamente, movidos por un deseo de mantener "sus tradiciones". Tradiciones, que por cierto no lo son, ya que solo tienen medio siglo de antigüedad...

Pero la causa de la unidad avanza. A principios de 2022, de las treinta y cinco diócesis que componen la mayor arquidiócesis siro-malabar, una diócesis sigue oponiendo resistencia: la de Ernakulam-Angamaly.

"El único lugar para la circular sinodal, es el bote de basura", explicó sin rodeos Riju Kanjookaran, un laico involucrado en la diócesis, y que, como ya se habrá entendido, es uno de los manifestantes.

El 16 de enero, el Padre Babu Joseph Kalathil y otros dos laicos fueron trasladados al hospital después de haber iniciado, una semana antes, una huelga de hambre para manifestar su oposición a un regreso parcial de la Misa hacia la cruz del altar.

Por su parte, el Padre José Vailikodath, portavoz del comité de protesta de la arquidiócesis, dijo en un comunicado que el "sínodo tomó la decisión sin consultar a sacerdotes y laicos, por lo que no será respetada". No se puede ser más claro. 

En esta parte de la Iglesia tan alejada del viejo continente, el camino que permitirá recuperar la unidad litúrgica y atemperar los abusos de los años 60 y 70 en este respecto sigue sembrado de obstáculos. No cabe duda de que siempre es más fácil destruir que reconstruir.