El Santo Padre recibirá a Donald Trump en el Vaticano el 24 de mayo

Fuente: FSSPX Actualidad

Después de pasados más de cien días de su elección, el presidente de Estados Unidos se reunirá con el Soberano Pontífice por primera vez: una reunión entre dos hombres que a los medios de comunicación les gusta presentar como contrarios.

La Santa Sede anunció el 4 de mayo, en un comunicado de prensa, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será recibido en audiencia con el Santo Padre en el Palacio Apostólico del Vaticano el 24 de mayo del 2017.

El presidente de Estados Unidos se reunirá después con el cardenal Pietro Parolin, secretario de estado de la Santa Sede y jefe de la diplomacía vaticana, quien estará acompañado por el arzobispo Paul Gallagher, secretario para las relaciones con los estados.

Posterior a esto, Donald Trump volará a Bruselas en donde participará en una reunión de la OTAN, antes de viajar a la Cumbre G7, el grupo conformado por los siete países occidentales más industrializados, que tendrá lugar en Taormina, Sicilia, el 26 y 27 de mayo.

Esta visita permitirá a los dos hombres conocerse mejor. Todos recordamos la respuesta que dio el papa a la pregunta hecha el 17 de febrero del 2016, en su viaje de regreso de México. Cuando se le preguntó sobre la construcción de un muro entre la frontera México-Estados Unidos, que formó parte del programa del entonces candidato republicano, el Santo Padre declaró: "Una persona que sólo piensa en construir muros, donde sea que estos se encuentren, en vez de construir puentes, no es cristiana." Y cuando se le preguntó qué consejo podía dar a los votantes estadounidenses, respondió: "No intervendré [con consejos electorales]. Sólo digo que si en verdad dice esas cosas, entonces ese hombre no es cristiano."

Desde que Donald Trump se mudó a la Casa Blanca, las cosas han cambiado un poco. "Ya veremos lo que hace el Sr. Trump," declaró el papa en una entrevista con el diario español El País, el 22 de enero. "Primero hay que ver lo que hace, y entonces juzgaremos." Según el corresponsal romano del diario Le Monde, dentro del círculo del papa, "la Santa Sede ha adoptado una postura realista y prudente. No quisieron unirse inmediatamente al grupo anti-Trump. Tendrán que juzgar caso por caso. Tendrán que elegir los temas correctos y los momentos apropiados."

Otro punto de fricción son las armas de destrucción masiva. El jueves 13 de abril, el ejército de Estados Unidos declaró que acababa de depositar la bomba no nuclear más potente en su arsenal al oriente de Afganistán, uno de los bastiones del Estado Islámico. La nueva arma aniquila todo lo que se encuentre dentro de un radio de 150 metros, y es llamada la "Madre de Todas las Bombas" (MOAB, por sus siglas en inglés).

Este hecho suscitó una respuesta del papa Francisco. Durante una audiencia con un grupo de estudiantes, que tuvo lugar el 6 de mayo, el Soberano Pontífice expresó su asombro al escuchar que un arma de este tipo tenía el nombre de "madre". "Sentí mucha vergüenza cuando escuché el hombre de la bomba: 'la madre de todas las bombas'," les dijo. "Una madre da vida, y ésta la quita, ¿y aún así la llamamos madre? ¿Qué está pasando?"

El presidente estadounidense declaró el 20 de abril: "Espero con gran interés la reunión con el papa." En ella, Donald Trump podrá destacar una serie de medidas tomadas durante los primeros cien días de su mandato, que muestran un cambio de dirección en las políticas abiertamente pro-aborto de la administración pasada.

Ha designado a varias personas abiertamente comprometidas con la lucha por la vida para ocupar puestos clave: el vicepresidente Mike Pence, el fiscal general Jeff Sessions y el secretario de Salud y Servicios Humanos.

Restableció la Política de la Ciudad de México, que impide que el dinero proveniente de los impuestos sea utlizado para subsidiar el aborto en el extranjero. Igualmente, puso fin al financiamiento del Fondo de Población de las Naciones Unidas, que es cómplice de la política del control de la natalidad en China, incluyendo los abortos forzados.

En su iniciativa, la Cámara de Representantes abolió las provisiones de la administración de Obama, que obligaban a los estados a financiar organizaciones pro-aborto. Al derogar el programa Obamacare, el gobierno redirigirá el dinero de los contribuyentes hacia distintos centros de salud, en lugar de darlo a Planned Parenthood, organización a la que prácticamente se le ha retirado la mayor parte del financiamiento federal para el próximo año.

Por último, el presidente Trump firmó el 4 de mayo del 2017, una orden para proteger la libertad de aquellos que se oponen al aborto y al "matrimonio homosexual": "No permitiremos que la gente de fe sea blanco de ataques, intimidada o silenciada," declaró. Esto, a pesar de que él mismo "está de acuerdo" con el "matrimonio" homosexual.

Aunque estas medidas no le han ganado una opinión favorable entre los medios de comunicación, sí deberían de proporcionarle un recibimiento positivo por parte del papa.

Fuentes: imedia/LeMonde/Bulletin du Saint-Siège/ LifeSiteNews/FSSPX.News 5/11/17