Blasfemia contra el islam en Indonesia

Fuente: FSSPX Actualidad

El gobernador Basuki Tjahaja Purnama, un cristiano nativo de China, ha sido sentenciado a dos años de prisión

La reciente condena del gobernador cristiano de Jakarta por "blasfemia contra el islam" pone de manifiesto la creciente radicalización del islam indonesio, y la fragilidad de la situación de las minorías cristianas en el país.

En el período previo a las elecciones locales, en donde se enfrentó a un candidato musulmán, el gobernador de Jakarta, Basuki Tjahaja Purnama, un cristiano nativo de China, declaró, en septiembre del 2016, que la interpretación dada por algunos académicos al verso del Corán que dice que un musulmán sólo puede votar por un líder musulmán era errónea. Los defensores del islam riguroso se movilizaron y organizaron grandes manifestaciones de fuerza en medio de las campañas electorales. Algunos llegaron hasta a presentar demandas en la corte.

La sentencia ya ha sido dictada: el gobernador de Jakarta ha sido condenado a dos años de prisión obligatoria por blasfemia, una sentencia mucho más severa que los dos años de arresto domiciliario solicitados por la fiscalía debido a la falta de pruebas. No obstante, el 9 de mayo, el grupo conformado por cinco magistrados del tribunal de distrito, al norte de la capital de Indonesia, estimó que Basuki Tjahaja Purnama, apodado "Ahok", era "culpable de blasfemia sin lugar a dudas", y se ordenó su encarcelamiento. 

Cuando la agencia de prensa Fides, preguntó al Padre Franz Magnis-Suseno S.J., un renombrado investigador y profesor universitario que ha vivido en Indonesia durante los últimos 56 años, declaró: "Fue una decisión injusta, tomada por los jueces a causa de las presiones ejercidas por los activistas musulmanes." Según el jesuita, se pueden sacar dos conclusiones de esta condena. La primera es que "desde el año pasado, parece haber una coalición entre los generales retirados y los militantes islámicos," que tiene como resultado una causa común.

El religioso cree que el aumento de los disturbios y del caos social, "obliga a los militares a tomar el control, con el apoyo de los musulmanes". Es un hecho que los generales nunca aceptaron la reforma democrática implementada después de la caída del dictador Suharto.

La otra conclusión a la que llegó el P. Magnis-Suseno es que:

el extremismo musulmán ha sido subestimado, incluso por las organizaciones musulmanas importantes de la sociedad civil. Durante los últimos seis meses, los activistas se han unido, con gran entusiasmo, a las filas del líder extremista Habib Rizieq Shihab.

Lo que está en juego aquí es una profunda mutación del islam indonesio. Históricamente, el islam indonesio era conocido por practicar una jurisprudencia más flexible que otros países, por ejemplo, la práctica de la escuela "Shafi'i". Como señala el jesuita: "Los radicales se autoproclaman los representantes de todo el islam en Indonesia, insistiendo en la identidad musulmana y desempeñando un papel fundamental en el escenario político. Esto no pinta nada bien para las minorías cristianas en el país."