Alemania: la nueva cruzada de los progresistas

Fuente: FSSPX Actualidad

Irme Stetter-Karp

Irme Stetter-Karp ha emprendido una nueva cruzada. No a favor de la cultura de la vida: la presidenta del poderoso Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK) lleva mucho tiempo pidiendo la ampliación del acceso al aborto a nivel nacional.

Los progresistas caminan por un terreno bastante resbaladizo al declarar la guerra al partido Alternativa para Alemania (AfD). El 15 de agosto de 2023, la presidenta del ZdK declaró que a los miembros de este partido, que asume la imagen de una derecha enérgica y desinhibida, se les debería prohibir ejercer cualquier función dentro de las parroquias.

Para Stetter-Karp, "el apoyo activo al AfD contradice valores fundamentales en lo respectivo a la alineación de la Iglesia con los valores progresistas", como lo demuestran sus posiciones. Valores que la líder del laicado católico alemán no duda en implementar en el camino sinodal en Alemania.

Las declaraciones de la presidenta del ZdK provocaron una rápida reacción de los miembros –especialmente católicos– del AfD: Maximilien Krah, miembro del Parlamento Europeo, alzó la voz para denunciar, a través del ZdK, un motor del reformismo sinodal: "El Comité Central de Católicos Alemanes es un club de funcionarios que viven de la Iglesia y que tienen aversión a ella y a la fe", escribió en X el 16 de agosto.

Posteriormente, en una aclaración sobre sus declaraciones al Bayerischer Rundfunk, Irme Stetter-Karp añadió que tenía la intención de prohibir a los católicos del AfD ocupar cualquier cargo que dependa directa o indirectamente de la Iglesia: desde los consejos parroquiales hasta las guarderías, pasando por las asociaciones católicas. En definitiva, un asesinato eclesial y social.

Esta posición fue apoyada por Thomas Schüller: para este abogado en derecho eclesiástico, es urgente que las asociaciones católicas modifiquen sus estatutos para cerrar el camino a los miembros del AfD. Una medida inapropiada, según Stefan Korioth, profesor de derecho público y derecho eclesiástico en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, dado que el infractor está autorizado en el país.

En cualquier caso, cabe cuestionar los verdaderos motivos de esta cacería de brujas llevada a cabo por los defensores de la línea más progresista del sínodo alemán. ¿Tiene realmente sentido querer bloquear el camino de los católicos del AfD, basándose en posiciones contrarias a los valores del Evangelio, cuando se confraterniza con otros partidos claramente hostiles a la moral de la Iglesia?

Una indignación de geometría variable que esconde intenciones menos loables y que hay que situar en el contexto político –eclesiástico, en este caso– del sínodo: se trata de amordazar y ridiculizar a todos los católicos opuestos a las doctrinas progresistas.

Además, en su discurso contra los católicos del AfD, la presidenta del ZDK se delata cuando menciona, expresando su preocupación, el crecimiento de la "tendencia restauracionista" en el seno de la Iglesia.

En esto se puede ver que los defensores del camino sinodal alemán tal vez sienten que el viento ya no sopla a su favor y que las potentes voces de los laicos que resuenan en la Iglesia y anuncian el futuro se reducen a cantar su canto del cisne.

En cualquier caso, el AfD tiene motivos para alegrarse: cada vez que Irme Stetter-Karp habla contra el partido, los católicos se unen a este último. Oro puro, en cierto modo.