México: el nuevo rito “maya” de la Misa (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

El ritual para encender las velas

En el primer artículo se mencionó que se está preparando un rito "maya" de la Misa, principalmente para la diócesis de San Cristóbal de las Casas, apoyado por el subsecretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

El proyecto está ya muy avanzado y el sitio web LifeSiteNews pudo obtener un borrador. Este último confirma la introducción de elementos de la cultura maya en la liturgia. Titulado Adaptaciones del Ordinario de la Misa entre los Pueblos Indígenas de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el documento, con fecha de abril de 2023, tiene 31 páginas. Fue proporcionado por el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel.

Los puntos clave

Los elementos centrales del proyecto son: incensación durante la Misa por laicos, hombres o mujeres; oraciones dirigidas por un laico, hombre o mujer, dotado de una nueva función litúrgica: la de "principal"; danzas mayas; el "altar maya", "cuyo contenido se conserva bajo el nombre de ofrenda maya".

Por lo tanto, la diócesis desea establecer dos nuevas funciones litúrgicas, desempeñadas por un laico, hombre o mujer, elegido por la comunidad parroquial con la confirmación del obispo. La primera de estas funciones es la de "principal", la segunda la de "incensor".

El “principal” o “anciano”

El principal, colocado junto al sacerdote, dirige las oraciones de la comunidad durante la Misa. Este papel disminuye considerablemente la importancia del sacerdote, pues representa una función de gran importancia.

"El oficio litúrgico de principal se confiere a la persona, hombre o mujer, que es considerado una autoridad moral en la comunidad, que guía a su pueblo en la oración y la fe. Vela por aquellos que tienen un ministerio en la comunidad. En la liturgia, guía al pueblo, por invitación de quien preside la celebración, en los momentos de oración comunitaria".

El proyecto coloca al principal por encima del diácono permanente y su esposa: "El principal o anciano, representante de la comunidad eclesial indígena, es un agente de formación muy importante. Acompaña al diácono permanente y a su esposa con sus consejos, su experiencia y su sabiduría, asegurándose de que estén arraigados en la comunidad, de acuerdo con su cultura".

El incensor

Es encargado de incensar en diferentes momentos durante la Misa, lo que disminuye aún más el papel del sacerdote. El proyecto habla de "la incensación de la cruz y del altar y, cuando proceda, de las imágenes de María y de los santos". Esta nueva función litúrgica puede ser ejercida por un hombre o una mujer:

"Se propone que, entre los pueblos originarios de la diócesis, el oficio litúrgico de incensar quede en manos de personas, hombres o mujeres, designadas por la comunidad y aprobadas por el Ordinario". Estas funciones, principal e incensor, ya existen por aprobación episcopal.

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Incensación del altar por una mujer al comienzo de la Misa


La oración comunitaria según la cultura maya

Las raíces de esta cultura son paganas. A pesar de la explicación del cardenal Arizmendi: "Los ritos que proponemos tienen una base católica, pero fueron desarrollados por aquellos pueblos de origen maya que se alejaron de los antiguos mayas", permanece el temor al sincretismo. El proyecto afirma que las prácticas mayas son esenciales para que los nativos entren en una relación con Dios:

"La oración en voz alta y en comunidad, guiada por el principal, nos permite entrar en una relación directa con Dios. Sin este elemento, el corazón no está dispuesto a participar. Por tanto, esta oración comunitaria es un elemento esencial a incluir en la Misa celebrada con la gente de la diócesis. Sin ella, uno no entraría adecuadamente en una relación personal con Dios".

En otras palabras, sin esta antigua forma de rezar, acompañada del encendido de velas colocadas en el suelo frente al altar -práctica derivada de los rituales paganos del pueblo maya-, la gracia del sacrificio de la Misa disminuiría. Según el proyecto: "también hay un elemento histórico, ya que era la forma propia de estas culturas de vivir la relación con Dios.

"De este modo, la celebración de la Eucaristía y la manera propia de orar de estos pueblos no quedan como ajenas o separadas, sino que permanecen juntas, en armonía, incluso con la creación". Para un católico, la armonía con la creación se logra a través de Dios, y por tanto, a través de Jesucristo...

El ritual para encender las velas o cirios

La necesidad de esta práctica se explica así: "La oración comunitaria con el encendido de las velas ha sido una de las formas de oración más utilizadas por los indígenas, mediante la cual expresan todas las peticiones que la comunidad tiene en su corazón. (…) Este modo de oración es uno de los medios de que disponen estos pueblos para expresar con más fuerza su confianza en Dios".

Los autores del proyecto parecen decir que el ritual para encender las velas es, para los indígenas, un medio de unión con Dios más poderoso que la Misa, o al menos necesario para su plena eficacia.

La Madre Tierra y los ancestros

La ceremonia del encendido de velas, que va acompañada de una inclinación de la cabeza, de un contacto con el suelo y de cantos, tiene como objetivo hacer contacto no solo con Dios, sino también con los ancestros y con la Madre Tierra, poniendo así a Dios en el mismo plano que la tierra o que los antepasados. Vemos cómo la adoración a Dios parece estar situada en el mismo plano que la adoración a los ídolos.

Encensement de l’autel par une femme au début de la messe

La prière communautaire selon la culture maya

Les racines de cette culture sont païennes. Malgré l’explication du cardinal Arizmendi : « Les rites que nous proposons ont une base catholique, mais ils ont été développés par ces peuples aux origines mayas qui se sont éloignés des anciens Mayas », la crainte du syncrétisme demeure. Le projet affirme que les pratiques mayas sont indispensables aux indigènes pour entrer en relation avec Dieu :

« La prière à haute voix et communautaire, guidée par le principal, permet d’entrer en relation directe avec Dieu. Sans cet élément, le cœur n’est pas disposé pour participer. Ainsi cette prière communautaire est un élément essentiel à inclure dans la Messe célébrée avec les peuples du diocèse. Sans elle on n’entrerait pas de manière adéquate dans une relation personnelle avec Dieu. »

En d’autres termes, sans cette ancienne manière de prier, accompagnée de l’allumage des cierges posés sur le sol devant l’autel – pratique issue des rituels païens du peuple maya – la grâce du sacrifice de la Messe semble être diminuée. Selon le projet : « Il y a aussi un élément historique, puisque c’était la manière propre à ces cultures de vivre la relation avec Dieu.

« De cette façon, la célébration de l’Eucharistie et la manière propre de prier de ces peuples ne restent pas comme étrangères ou séparées, mais se font ensemble, en harmonie, y compris avec la création. » Pour un catholique, l’harmonie avec la création se fait par Dieu, et donc par Jésus-Christ…

L’allumage de bougies ou de cierges

La nécessité de cette pratique est expliquée ainsi : « La prière communautaire avec allumage de cierges a été l’un des modes de prière le plus fréquemment utilisé par les indigènes, par lequel ils expriment toutes les demandes que la communauté a dans son cœur. (…) Ce mode de prière est l’un des moyens dont disposent ces peuples pour exprimer plus fortement leur confiance en Dieu. »

Les auteurs du projet semblent dire que le rite d’allumage de bougies est, pour les indigènes, un moyen plus puissant d’union à Dieu que la Messe, ou du moins nécessaire pour sa pleine efficacité.

La Terre mère et les ancêtres

La cérémonie de l’allumage, qui s’accompagne d’une inclinaison de la tête, d’un contact avec le sol et de chants, est destinée à entrer en contact non seulement avec Dieu, mais aussi avec les ancêtres et avec la Terre mère, mettant ainsi Dieu sur le même plan que la terre ou les ancêtres. Nous voyons comment l’adoration de Dieu semble être placée sur le même plan que l’adoration des idoles.

Un altar maya

El altar maya

El encendido de las velas está ligado a la instalación de un altar maya, denominado "ofrenda maya" por el documento, que lo describe de la siguiente manera: debe colocarse dentro de la iglesia, cerca del altar, y de acuerdo con los colores simbólicos mayas: rojo, negro, blanco y amarillo, así como los puntos cardinales. Los colores "cardinales" tienen un significado derivado de la antigua religión politeísta.

"Cerca del altar se colocan plantas, flores, frutos y semillas de la región, y velas del color representativo de los puntos cardinales: al oriente, rojo; al oeste, negro; al norte, blanco; y al sur, amarillo. Cerca de las velas se colocan frutas o flores del mismo color. En el centro, un crucifijo, una Biblia, una vela azul y una vela verde, así como agua, tierra y el caracol".

Danza litúrgica: "los pies acarician el rostro de la Madre Tierra"

Según el proyecto, "la acción de gracias se puede expresar a través de un baile". Es un "gracias colectivo: en la danza, los pies acarician el rostro de la Madre Tierra, realizando ligeros movimientos. Se saluda el rostro de Dios moviéndose en las cuatro direcciones del universo. Es el momento de sentir la cercanía de nuestros hermanos y hermanas, bailando juntos, sobre el mismo ser.

"Dios baila en medio de nosotros. (…) Es también sentir la presencia de Jesús, de los santos, de nuestros antepasados, que bailan con nosotros, no como una imaginación forzada, sino como una presencia espiritual real, en una armonía común".

Por lo tanto, el texto afirma que los antepasados ​​​​están "realmente presentes espiritualmente" en esta danza ritual, lo cual no puede ser cierto según la doctrina católica. Esta danza es "una parte integral de la acción litúrgica": es una liturgia bailada, no "una danza dentro de la liturgia".

Unas palabras sobre los autores del proyecto

El autor principal es un jesuita, el Padre Felipe Jaled Ali Modad Aguilar, ya involucrado en la preparación del Sínodo sobre la Amazonía. Es coordinador de la comisión diocesana del nuevo rito indígena en Chiapas que presta especial atención a la comunicación con los antepasados.

Otro miembro, el Padre Víctor Manuel Pérez Hernández es párroco de la parroquia de San Juan Chamula, conocida por los sacrificios de animales y otras prácticas de culto pagano. Varios turistas cuentan sus experiencias en esta iglesia. He aquí un ejemplo:

"Por fuera, la iglesia se parece a todas las iglesias mexicanas: una fachada luminosa y colorida, de arquitectura muy sencilla. Se deben pagar $25 pesos para entrar, pero está prohibido tomar fotos o videos". En el interior, "los fieles participan en rituales únicos que involucran a santos católicos, alcohol de contrabando y sacrificios de animales".

"El visitante queda abrumado por el olor a incienso de resina de copal y el humo de miles de velas. Las paredes están revestidas con estatuas de santos adornados con espejos para alejar el mal. No hay bancas; agujas de pino frescas cubren el suelo. Cada familia limpia un espacio y coloca velas en las baldosas.

"Los fieles dejan que las velas se consuman por completo durante y después de sus ceremonias personales. Rezan en voz alta en tzotzil, a veces lloran y hacen la señal de la cruz muchas veces. Beben Coca-Cola y "pox" –bebida alcohólica destilada de un fermento de piloncillo y maíz originaria de Chiapas; eructan con la intención de evacuar espíritus malévolos.

"A veces, a la familia se une un curandero [chamán] que puede imponer sus manos sobre los enfermos, absorber sus enfermedades en un huevo de gallina o curarlos agitando un pollo vivo sobre su cabeza. Luego se sacrifica la gallina. Y la "Misa" es celebrada regularmente en esta iglesia por el párroco Hernández...

Conclusión

Parece bastante obvio que la adaptación de elementos culturales y ritos de origen maya para la diócesis de San Cristóbal de las Casas no evita el sincretismo. Para las personas que están inmersas en una cultura transmitida a lo largo de los siglos y cargada de su significado primitivo, es muy difícil, si no imposible, liberarse de lo que está vinculado a este sistema.

Aunque los obispos y sacerdotes puedan hacer la distinción y compartir cosas, es otra cosa para los fieles. Además, ¿qué necesidad hay de bañar al discípulo de Cristo en estos elementos que solo lo perturban y lo apegan a prácticas por lo menos supersticiosas y, en su mayoría, idólatras. ¡Qué responsabilidad al establecer este rito paganizado!


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Otro altar maya

Un autre autel maya