Irlanda: ¡después del aborto, el derecho a la blasfemia!

La pregunta que se les hará a los electores es la siguiente: "¿debe ser retirado de la Constitución el artículo 40.6.1?"

Este artículo castigaba con una pena de hasta 25,000 euros a quien hubiera cometido un crimen de blasfemia. Esto último está definido en Irlanda como una "declaración de naturaleza claramente insultante y ofensiva relacionada con temas considerados sagrados para una religión, y causante de indignación en un número importante de creyentes pertenecientes a esa religión."

De acuerdo con Charlie Flanagan, miembro del Fine Gael, un partido progresista, el "sí" al referéndum tiene como objetivo enviar "un fuerte mensaje al mundo para mostrar cuáles son los valores de la Irlanda actual". Estos valores no son otra cosa que el olvido y el abandono de Dios, el ateísmo práctico en la vida pública y la apostasía de una nación evangelizada por San Patricio en el siglo V.

La cuestión del referéndum es más bien un pretexto. La antigua disposición sobre la blasfemia apenas se aplicaba. El artículo en cuestión jamás llevó a nadie a juicio y ningún irlandés ha sido condenado por ofensas blasfemas desde 1855.

Pero poco importa: después del reciente "sí" en favor del aborto, este nuevo referéndum toma la apariencia de un verdadero rechazo a Dios y a sus mandamientos. La Irlanda de hoy busca cortar con su pasado católico y atacar lo que le dio su grandeza... Pero de Dios nadie se burla (Ga. 6, 7).