Irak: hay minas por todas partes, hasta en muñecas y refrigeradores

El prelado aprovechó esta oportunidad para ofrecer un reporte sobre la situación de los cristianos luego de la retirada del EI.

Monseñor Mirkis habló sobre la importancia de la ayuda recibida de Oeuvre d’Orient y de la asociación "Hermandad en Irak", la cual ha hecho posible acoger a cientos de estudiantes en Kirkuk. "Nuevamente, este año necesitamos su ayuda, sus oraciones y su apoyo," añadió."Estos estudiantes aman la tierra en donde están sus raíces. Quieren ayudar a reconstruir su país."

El prelado habló sobre su proyecto para las escuelas del país, que abarca desde jardín de niños hasta la universidad, equiparándolo con el Plan Marshall para el ámbito de la educación. "Podemos salvar a los niños," declaró. "Los cristianos orientales siempre han hecho una excelente labor en este ámbito. Cuando los dominicos llegaron a Mosul, en 1850, abrieron 22 escuelas en 5 años. El Plan Marshall debe ser cultural."

El arzobispo de Kirkuk también exhortó a los cristianos orientales que se sienten tentados a emigrar al Occidente, a no ceder ante la tentación, añadiendo que deberían dedicar su energía a reconstruir su propio país. Sin embargo, Monseñor Mirkis reconoce lo complicado que es regresar a determinados lugares: "Algunas ciudades parecen una nueva Hiroshima. No queda nada de pie. Hay minas por todas partes, incluso dentro de muñecas y refrigeradores."

El arzobispo de Kirkuk también mencionó el consejo que da a los cristianos orientales que han emigrado a Europa: "Les digo: aprendan a integrarse. Aprendan el idioma, suban la escalera social. No formen grupos separados dentro de la comunidad."