Hungría: un viaje papal de alta tensión diplomática

Fuente: FSSPX Actualidad

La corona de Hungría

Cristo es nuestro futuro. Este es el tema elegido por el Papa Francisco para su 41° viaje apostólico que lo llevará a Budapest (Hungría) del 28 al 30 de abril de 2023. Inmigración, guerra en Ucrania: todos estos temas deberían formar parte de las discusiones entre el sucesor de Pedro y el primer ministro Viktor Orban, dos hombres que se han enfrentado a menudo en el pasado.

Por motivos de salud, el Papa, de 86 años, ha decidido limitar su visita únicamente a Budapest. También tiene previsto reunirse con obispos, sacerdotes y seminaristas en la catedral de San Esteban, un impresionante edificio de 96 metros de altura, que evoca la época del cristianismo triunfante.

Una época que terminó hace mucho tiempo: de los 9.7 millones de habitantes del país, solo el 39% profesa la religión católica y el 11% el protestantismo, según datos del último censo realizado en 2011.

Bajo el régimen comunista, el nivel de práctica religiosa disminuyó considerablemente, y si bien el país ahora no tiene una religión oficial, desde noviembre de 2022, las diversas confesiones presentes en suelo húngaro alientan a sus seguidores a declarar su afiliación religiosa.

El encuentro entre el romano pontífice y los refugiados, previsto para el 29 de abril en la iglesia de Santa Isabel, tendrá un valor simbólico, ya que el tema de los migrantes se ha convertido, a lo largo de los años, en un escollo entre el Papa y el primer ministro húngaro: en efecto, el país se convirtió en un punto de entrada para los inmigrantes, principalmente sirios, iraquíes y afganos, en la Unión Europea en 2015, lo que llevó a Viktor Orban a cerrarles sus fronteras.

Por el contrario, desde el comienzo de la guerra en Ucrania, país fronterizo con Hungría, el fundador de Fidesz ha demostrado una gran generosidad en la recepción de refugiados: una actitud que se presenta en un momento excelente para iniciar un acercamiento en las relaciones.

Hungría: un camino para la paz en Ucrania

Pero Hungría tiene otro as bajo la manga, y uno muy importante: Viktor Orban es uno de los pocos líderes europeos que tiene una buena relación con el presidente de la Federación de Rusia. Además, la Iglesia de Hungría siempre ha buscado ser un puente entre los católicos latinos y los "ortodoxos" rusos.

La diplomacia vaticana es, pues, muy consciente de que el camino a la paz pasa por Budapest. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede y "número dos" de la Iglesia, afirmó el 19 de abril, ante los diputados italianos, que sus servicios "sin duda aprovecharán todas las oportunidades durante este viaje para promover la paz".

Por lo tanto, con toda probabilidad, el Tíber debería fluir pacíficamente hacia el Duna, nombre húngaro del Danubio, a fines de abril.