El Vaticano renueva hasta 2024 su acuerdo con China

Fuente: FSSPX Actualidad

El acuerdo provisional firmado por primera vez en 2018 entre China y la Santa Sede, y relativo al nombramiento de obispos, acaba de renovarse por dos años más tras la primera renovación de 2020. Esta noticia se dio a conocer pocos días antes de la reanudación del juicio del cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, opositor desde hace muchos años del régimen chino.

La noticia comenzó a filtrarse el 19 de octubre de 2022 en las columnas del diario italiano más importante: el acuerdo sino-vaticano se ha renovado hasta el 22 de octubre de 2024.

Este resultado sería fruto de las negociaciones llevadas a cabo entre finales de agosto y principios de septiembre en el norte de China, en Tianjin, entre los diplomáticos romanos y sus homólogos chinos.

Allí, los enviados del Papa se reunieron incluso con monseñor Melchiorre Shi Hongzhen, obispo de la Iglesia clandestina, no reconocido por Beijing, que ahora tiene 92 años: una señal más, según el Corriere della Sera, de que las fronteras entre la Iglesia oficial y la Iglesia clandestina se han ido desvaneciendo desde hace varios años.

En esencia, el texto del acuerdo -cuyos términos exactos siguen siendo confidenciales hasta el día de hoy- se limitaría al nivel "eclesial y religioso": se sabe que prevé que, para el nombramiento de obispos, Roma propone un candidato que Beijing se reserva el derecho de confirmar.

La diplomacia romana quiere creer en los efectos benéficos de su política y recuerda que durante los cuatro años de entrada en vigor del acuerdo, no ha habido más consagraciones episcopales celebradas en China sin un cierto consentimiento del Sumo Pontífice.

Es así que seis obispos elegidos por el Papa Francisco han recibido el visto bueno de las autoridades chinas. Otros seis obispos de la llamada Iglesia "clandestina" también han sido reconocidos por Beijing: una novedad desde la ruptura formal de relaciones diplomáticas con la Santa Sede el 5 de septiembre de 1951.

Magros resultados si se toman en cuenta las noventa y ocho diócesis del país -de las cuales treinta y seis permanecen vacantes hasta el día de hoy- pero que permiten a Gianni Valente, director de la agencia de noticias Fides, recordar que a partir de ahora "todos los obispos católicos que ejercen su ministerio en China están 'oficialmente en plena comunión' con el sucesor de Pedro, poniendo fin a un cisma de casi setenta años.

El anuncio de la renovación del acuerdo se produjo pocos días antes de la reanudación del juicio del cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, en Hong Kong, el próximo 26 de octubre.

Varios críticos del actual pontificado lamentan que la suerte de este opositor al régimen comunista haya sido sacrificada en el altar de la renovación de un acuerdo que, más allá de escasos progresos, provoca muchas incertidumbres para la Iglesia católica en China.

En efecto, el acuerdo provisional no puso fin a la política de eliminación de las cruces de las iglesias, ni a la prohibición de que los menores asistan a sus iglesias. Por no hablar de las profesiones de socialismo al estilo chino que se supone que los ministros católicos firman en nombre de la sinización de las religiones.

Sobre todo, los obispos "oficiales" siguen siendo miembros de la Asociación Patriótica Católica China, que no deja de ser una iglesia cismática. Estos obispos primero reciben sus órdenes de Beijing y transmiten estas órdenes a los católicos sin importar lo que piense Roma.

Por lo tanto, este acuerdo solo beneficia a aquellos que se contentan con una situación en la que los obispos "patrióticos" son legítimos y pueden hacer lo que las autoridades les dicen que hagan.