Malawi: católicos se manifiestan contra el matrimonio entre personas del mismo sexo

Fuente: FSSPX Actualidad

Carteles para la manifestación del 13 de julio

Ante el llamado del episcopado, los católicos de Malawi y otros cristianos se manifestaron en todo el país contra el matrimonio homosexual y en defensa del matrimonio y la familia el 13 de julio. Miles de personas recordaron de este modo pacífico la importancia de la familia basada en la unión de un hombre y una mujer.

Malawi, un pequeño país africano, tiene una población de poco más de 21 millones, de los cuales el 77.3% son cristianos, que se dividen en un 17.2% católicos, un 33.5% protestantes y un 26.6% de miembros de iglesias africanas. Los musulmanes constituyen el 13.8%.

La homosexualidad es un delito en el país

En Malawi, las relaciones homosexuales se castigan con hasta 14 años de prisión. Pero el Ministerio de Justicia decretó en 2012 una moratoria para las detenciones y procesamientos en caso de actos contra natura consentidos. Sin embargo, la ordenanza fue suspendida por la Corte Constitucional en 2016, para su verificación.

Actualmente, el Tribunal Superior examina un caso que involucra a un ciudadano holandés, trabajador de una ONG, y una mujer transgénero de Malawi, que buscan el reconocimiento de "sus derechos fundamentales", en otras palabras, un cambio en la ley a través de su caso.

Un enérgico recordatorio

La Conferencia Episcopal de Malawi, debido a las "discusiones y debates engañosos que se están produciendo actualmente en varios foros" ha decidido "dar a conocer y aclarar su posición", por lo que publicó una carta y organizó esta manifestación.

La carta reitera la importancia de la familia para la sociedad y aclara que "familia" debe entenderse como el esposo, la esposa y sus hijos. También recuerda que los actos sexuales solo están permitidos entre personas casadas (hombre y mujer), y que cada acto debe expresar amor y apertura a la procreación.

Luego admite que se debería "hacer mucho más para apoyar y animar a las familias (...) especialmente hoy cuando se enfrentan a tantos problemas". Sin embargo, añaden los obispos, "desgraciadamente, estos problemas son impuestos en gran medida a África (…) por las corporaciones extranjeras que se benefician de la pobreza abyecta de nuestros países".

La siguiente parte no carece de orgullo y garbo: "a pesar de nuestra pobreza, debemos levantarnos para defender con valentía nuestra cultura, incluso cuando estamos bajo una fuerte presión ejercida por las sociedades ricas pero prácticamente paganas, que parecen llevarnos tristemente al camino de la colonización". Los prelados recordaron también el ejemplo de los mártires de Uganda.

La carta continúa: "Paradójicamente, los mártires de Uganda recibieron la fe que defendieron con su sangre, de heroicos misioneros de los mismos países que ahora atacan esta fe por la que murieron muchos misioneros como los mártires de Uganda".

En esta lucha contra los pecados de ignominia, los protestantes se unieron a los católicos, así como a los musulmanes. Esta sana reacción, que se puede encontrar en casi todas partes de África, será quizás el grano de arena que pueda detener la máquina del Sínodo mundial, al menos en esta cuestión, gracias a los delegados africanos.