Demografía en Francia: un escenario preocupante

Fuente: FSSPX Actualidad

Acaba de publicarse en Francia un estudio sobre la amenaza que supone para el bien común la disminución de los nacimientos. Una manera de demostrar a posteriori el peligro mortal que representan –desde un simple punto de vista natural– las ideologías progresistas que ignoran la naturaleza del hombre. Como escribe San Pablo: “De Dios nadie se burla” (Gal 6, 7).

El estudio, publicado el 28 de mayo de 2024 por la Cátedra de Transiciones Demográficas y Transiciones Económicas (TDTE), un laboratorio de ideas que estudia la influencia del envejecimiento y la longevidad en la economía y la sociedad, destaca las dramáticas consecuencias del invierno demográfico que azota a Francia, y al Viejo Continente en general. Esto es reportado por Le Figaro.

En 2023, el indicador total de fecundidad se situaba en 1.68 hijos por mujer en Francia: en 2022 era de 1.79; desde la Segunda Guerra Mundial, este indicador nunca había sido tan bajo, excepto en 1993 y 1994, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE).

La Cátedra del TDTE explora en primer lugar un primer escenario, bastante optimista e improbable, en el que la tasa de fertilidad se recuperaría hasta el 1.8 en 2024. En este escenario, “la población disminuiría a partir de 2044” e incluso antes, en el segundo escenario. Los franceses que lleguen a la edad de la jubilación serían los primeros en pagar la factura de este cambio demográfico.

"Para mantener las pensiones de jubilación en el nivel actual del 14% del producto interior bruto (PIB)", una proporción ya pesada para la economía, "la única variable de ajuste" sería reducir las pensiones. Tomando como base el año 2020, “la caída sería en promedio del 7% en diez años, del 10% en 20 años o del 40% en 35 años”, según el cálculo del estudio.

Si el índice de fertilidad se mantiene en el nivel actual (1.68), las consecuencias serían mucho peores, porque los jubilados ya no serían los únicos que pagarían la suma, o más bien la resta. El PIB "marcaría una caída de dos puntos respecto al escenario anterior (pérdida de 50,000 millones de euros)", afectando fuertemente el mercado laboral, los salarios y la fiscalidad a través de las cargas sociales.

El informe de la Cátedra del TDTE estudia finalmente la hipótesis de que el índice de fertilidad caería al nivel de Italia, es decir, 1.3: la caída del PIB se estima entonces en 75 mil millones de euros en 2040. Esta caída afectaría también al mercado laboral, con una reducción del empleo del 4%, o alrededor de 1 millón de puestos de trabajo.

“La financiación del modelo francés de protección social y pensiones de jubilación implosionaría”, y las inversiones en materia de investigación o defensa se verían gravemente afectadas.

Este estudio confirma una vez más que el desprecio del mandato divino de “fructificad y multiplicaros” (Gn 1, 28), basado en la naturaleza del hombre, no deja de tener consecuencias para el bien común y la felicidad de las personas.

No faltarán ideólogos que abogarán por un recurso masivo a la inmigración para refutar estas predicciones: pero hoy, estas voces son cada vez menos creíbles, incluso a escala de Europa.

Pase lo que pase, los niños que están por nacer y que se harán cargo del futuro de las sociedades dentro de treinta o cuarenta años en el Viejo Continente siempre podrán consolarse tipificando un delito de “crimen demográfico contra la humanidad”, para llevar tal vez a los partidarios del decrecimiento y del progresismo a la justicia ante la Corte Penal Internacional.