Australia ha elegido entre la eutanasia y los cuidados paliativos

Fuente: FSSPX Actualidad

Un informe publicado bajo la supervisión de la Universidad Católica de Australia (ACU) revela una preocupante escasez en el número de médicos especializados en cuidados paliativos. Paralelamente, Australia está considerando despenalizar la eutanasia en todo el país.

El Instituto Patrick McMahon Glynn (PM Glynn) es una rama de la ACU fundada en 2016. Su objetivo es analizar los principales temas políticos a la luz de la enseñanza de la Iglesia.

En un estudio publicado el 24 de febrero de 2021, PM Glynn revela las deficiencias del sistema de cuidados paliativos australiano: el número de personas hospitalizadas en estas unidades donde se acompaña a los pacientes durante el final de su vida aumenta en promedio un 5% por año, hasta 10% para los menores de quince años, mientras que la formación de los médicos no sigue este ritmo, sino todo lo contrario.

El autor del informe, el profesor Cris Abbu, explica que para cubrir las necesidades de los pacientes se necesitan dos médicos especialistas en cuidados paliativos por cada 100,000 personas. Australia tiene actualmente 0.9 especialistas por cada 100,000 personas...

"Los cuidados paliativos siguen siendo una de las especialidades menos populares entre los estudiantes de medicina", lamenta Cris Abbu, quien recuerda que "la proporción de médicos y enfermeras en cuidados paliativos se ha mantenido sin cambios desde 2013, a pesar de la creciente demanda".

"Los promotores de la eutanasia nos dicen que la asistencia voluntaria para la muerte consiste en dar a los pacientes una opción, pero si los enfermos no pueden acceder a los servicios de cuidados paliativos que necesitan, entonces no es realmente una opción", observa el profesor Michael Casey, director de PM Glynn.

Hay un abismo entre provocar la muerte y consentirla: el que separa la eutanasia de los cuidados paliativos. ¿Australia se está preparando para cruzar este abismo? Es bastante posible, considerando la velocidad con la que la práctica del suicidio asistido se está extendiendo en la sociedad.

En junio ​​de 2019, el estado de Victoria legalizó la eutanasia; unos meses más tarde, en noviembre y diciembre del mismo año, fue el turno de Australia Occidental y Tasmania. Al final, la eutanasia debería convertirse en una práctica aceptada en todo el país.

Y los resultados no se han hecho esperar: el 1 de septiembre de 2020, un año después de la promulgación de la ley, hubo diez veces más suicidios asistidos de lo esperado, y esto probablemente sea solo el comienzo.

Sin embargo, entre el ensañamiento terapéutico y la eutanasia, la solución ideal radica en la implementación de un acompañamiento y cuidados paliativos que permitan aceptar la muerte como un hecho natural, que alivien el sufrimiento y preparen a la persona para morir de manera respetuosa, natural y serena.

"El médico está hecho para luchar contra la muerte. No puede cambiar de bando y ponerse de pronto del lado de la muerte", solía decir Jérôme Lejeune. Este cambio lamentablemente se hizo realidad, comenzando con el aborto, continuando con la eutanasia y finalmente el suicidio asistido, actos por los cuales el médico se ha convertido en portador de la muerte.